miércoles, 29 de enero de 2014

El arquitecto como profesional liberal

El pasado 23 de enero participé, junto al arquitecto especialista en estructuras Ángel Biesa, en el seminario sobre La Profesión de Arquitecto que organiza la Asociación de Alumnos de Arquitectura.

Como preparación de mi intervención, pregunté en las redes sociales a otros arquitectos, compañeros, profesores, críticos... qué era a su juicio lo que debia contar y cuál el mensaje que debía transmitir a los estudiantes.

Os dejo a continuación una recopilación de los mensajes que recibí, pues creo que pueden ser de vuestro interés.

R.A.: "la dicotomía (siempre complicada al comienzo de cualquier proyecto) entre expectativas del cliente y expectativas del arquitecto"

C.R.: "les hablaría también de tus experiencias con los clientes, positivas o negativas, de la relación con otras disciplinas, y con las contratas en las obras"

M.A.: "de la importancia de compartir con los compañeros las experiencias, los recursos, los archivos y demas, el trabajo en equipo siempre enriquece más los proyectos. Y sobre todo para los trabajos alimenticios, hasta donde estas dispuesto a pasar hambre. a veces es mejor dejar un mal trabajo bien pagado que perder el norte en la profesión" 

J.R.H.: "Para mí sigue siendo tremenda (después de 28 años) la relación con el cliente. Comunicación en dos planos diferentes, como si habláramos idiomas distintos. El salto brutal de dialogar con el profesor a dialogar con el cliente. 
 También me impresiona la situación del profesional liberal, que es alguien que sale de casa desarmado, sólo con un lápiz en el bolsillo. Cierta sensación de desamparo, pero también de levedad. Y un enorme optimismo.
Lo que dije antes del cliente nos lleva a veces a menospreciarlo, o a mirarle por encima del hombro. ¡Craso error!

J.M.E.: "En parte de todo esto que señalan, y de que lo importante es ser un profesional responsable y decente (y uso esta palabra en toda su extension) se haga lo que se haga (magadalenas, performances, periciales o terminales de embarque en el mismo yokohama). Y no perder nunca el interes por aprender. Estoy completamente de acuerdo con J. R.H. sobre los clientes y esa maldita manía (no pocas veces transmitida por las escuelas) de que son un mal necesario con el que tenemos que cargar. Tambien de la ingente cantidad de cosas que implica esta profesion a nivel personal, responsabilidades, horarios, JUBILACION (sé que suena raro siendo ellos tan jóvenes, pero no lo es tanto) decisiones que hay que tomar y que nadie nos enseño a tomar, ni su importancia.
Es importante tambien como apunta M.A. el tema colaborativo, la generosidad con los compañeros (cuando pueden justamente llamarse asi y no son gente que tiene un título igual que el tuyo, que es otra cosa)."


L.D.F.: "lo apasionante que es dibujar para construir y que se parezca al concepto. Creo que esa es una puerta mágica (pensar en realizar algo no virtual) que nos transforma. Con todas sus consecuencias!!"

 F.R.M. "1.Más de 60.000 titulados en España, 549.000 en Europa. La práctica profesional pasa por colaborar, no hay mercado para que cada uno por su cuenta desarrolle ocupaciones tradicionales de edificación.
2.Con esas cifras, estamos en una “práctica simultánea” donde permanentemente estamos desarrollando una actividad muy similar a algún otro compañero en otra parte del mundo. Y lo estamos compartiendo en red, en tiempo real. Esto marca otra conciencia a la hora de ejercer. Y a la hora de proyectar, también.
3.Puestos a colaborar, habrá que poner en crisis también la figura del “estudio”, como empresa jerárquica estable, y con sede propia, que tradicionalmente ha sido útil, pero que ya no tiene mucho sentido, es más bien una losa en los períodos cíclicos de recesión. Es más lógico asociarse temporalmente en horizontal, ad hoc, compartiendo instalaciones, que cambien de uso con frecuencia, o al menos pueda simultanear diversos proyectos o disciplinas paralelas. Diversificar el uso también contribuye a sortear las crisis.
4.Lo de “la relación con el cliente” creo que responde a otros tiempos. Nos hemos acostumbrado históricamente a que el cliente sea el promotor tradicional, público o privado, el que promueve una obra, una intervención. Debemos pasar a “generar” el cliente, es decir, pasar a un ejercicio proactivo en que seamos los promotores, y sepamos involucrar a ciudadanos, instituciones y empresas.
5.Dentro de las tareas del arquitecto proactivo, está la de rebelarse contra el uso perverso que hace la Admón española de la Ley de Contratos del Sector Público, constantemente amañada para dar encargos directos a estudios satélite de concejalías y gerencias. Aparte de vergonzoso y desleal, es un robo descarado a los ciudadanos, a los que se les sustrae la posibilidad de confrontar distintas propuestas en concursos de ideas públicos y transparentes.
6.Así, de paso, mejoramos la genética del “cliente”, que hoy es una tarea pendiente del sector. No es lógico ni sostenible que ciudadanos sin una formación mínima cultural puedan ejercer de promotor, como importantísimo agente de la edificación. Así nos va. Hoy, es el único agente que no tiene que dar cuenta de su formación.
7.La formación del ciudadano en arquitectura y urbanismo, desde niños, en los colegios y convocando talleres. Tarea despreciada hasta hace dos días, y que está dando unos frutos impresionantes por toda Europa, también ahora en España. Visibilizar la disciplina, escribir, difundir, compartir el trabajo y las reflexiones aumente exponencialmente la cultura arquitectónica del ciudadano en todos los ámbitos, de lo local a lo global. No hablo sólo de “crítica arquitectónica” en el sentido tradicional, sino de “pulso arquitectónico”, que es distinto.
8.En resumen, así para empezar, tendríamos que liberarnos de la inercia que arrastramos, y empezar a tener iniciativa propia en la gestión de la ciudad y el territorio, hoy en manos de financieros, políticos, y abogados, lo que ha llevado a esa falsa leyenda de la “eficacia” del ingeniero, que realmente quiere decir ausencia de criterio político y cultural de lo que representa la intervención arquitectónica."


E.S.: "diles que lo del "no, yo no hago periciales" (dicho con cara de asco y mirándote por encima del hombro) se acabó y que se preparen a seguir estudiando... y a comer de todo.
Los proyectos solomillos ya no los despachan, no hay ni concursos y hay que estudiar y trabajar muuucho para (mal)vivir del ejercicio libre ...o emigrar (en Basilea se vive muy bien ;-)"


A.dP.: "Diles que, si quieren ejercer de verdad, se asienten en núcleos de población donde haya menos de 1 arquitecto por cada 500 habitantes... y lo conseguirán. Diles que hacer buena vivienda es mucho más necesario en España que hacer buenos edificios públicos, y que hay mucho por investigar. Diles que estudiar historia es importante y visitar fábricas con desarrollos i+d también. Diles que el presente es esa pequeña fracción de tiempo que queda entre pasado y futuro. Diles que les va a pillar la nueva cresta de la ola, que ahorren, que no se endeuden, que no se preocupen y que no tengan prisa porque les publiquen y que, si no pueden evitar la vanidad, que no aspiren a que les publiquen en una revista, sino en el próximo Benévolo."

P.S.: "Diles que sobre todo valoren su trabajo para que los demas (la sociedad) lo valore tambien, ejerzan en lo que sea y hagan lo que hagan , todo es digno y todo es bello si se hace bien."

J.C.: "Fundamental la integración en el mundo empresarial. Unos usarán el móvil y otros el ordenador pero todos dentro de empresas.

M.P.M.: "entusiasmo y aprender de los interlocutores, comerciales, jefes de obra, aparejadores, carpinteros, instaladores, etc. Escuchar bien"

P.M.N.:  "2 ideas clave: profesión es servicio a través del trabajo bien hecho. Y todo trabajo, para ser justo, merece un salario."

Si queréis dejar algún comentario o idea, será bienvenido. 


1 comentario:

  1. Buena recolección de mensajes.El conjunto transmite a la vez la necesidad de una buena poda (en las ideas preconcebidas, en los hábitos y costumbres, en la individualidad) y la esperanza de una abundante siembra. Ahora nos toca seguir regando, abonando y esperando el crecimiento de nuestra (nueva) profesión liberal con la ayuda y a pesar de las inclemencias del tiempo. Adelante!

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